CAPITULO 1: Un Secreto Inconfesable
Y seguía en la cama, sobre la alfombra roja un tiradero de revistas, en el muro posters de diferentes artistas y en el buró un par de libros y una cadena con una A como medalla que relucía ante la única luz que iluminaba la habitación: aquella lámpara que al apagarse torno el ambiente aún más tenso...
Ahora solo era el chico y sus pensamientos, dos personas en una queriendo buscar la solución ante un problema que parecía no tenerla, y sus ojos perdidos en la oscuridad parecían ya relumbrar más que la propia luz de la lámpara sobre el buró. Luego el silencio. Por fin, Alejandro había cedido ante el placer de dormir, que sin lugar a dudas era traicionero, pues no garantizaba el fin del sufrimiento... tanto que en ocasiones lo hacía más perverso, pero en ocasiones mucho más hermoso.
El sueño como cómplice del corazón en ocasiones lograba encender esa llama que era apagada por los hechos reales ocurridos en el día, descansa; por que mañana los hechos reales volverán y del sueño tal vez no quede ni siquiera el más mínimo recuerdo.
- Alex, levántate ya es pronto para ir a la escuela - anunció Paloma, su mamá
- Ya voy mamá, estoy listo en un momento bajo a comer - respondió
Paloma y Demetrio son los padres de Alejandro, vivieron muchos altibajos de jóvenes y siempre han deseado para su hijo lo mejor, y aún así con sus esfuerzos para lograr una buena familia, hay algo que no les ha funcionado del todo, ya que la comunicación con Alex no ha sido la suficiente, pues a pesar de que casi cumple la mayoría de edad, aún hay algo que sus papás ignoran.
Alejandro había tardado un poco en bajar a desayunar, pues se había entretenido con una foto de la infancia en los que aparecía él y dos de sus amigas, recordó como sus papás bromeaban muy seguido con que una de ellas era su novia; pero él solo lo tomaba a juego... ahora esas palabras dolían, pues para él, se estaba convirtiendo en una persona que sus papás jamás aceptarían.
Alejandro volvió en sí cuando Demetrio, su papá, le avisó de nuevo en un tono molesto que bajara a d
esayunar; acudió enseguida...
Ya habían comenzado las clases hace un par de días y Alejandro se sintió un poco aliviado de por primera vez no encontrar a nadie que atrajera su atención... pero pronto cambiaría su forma de pensar, cuando se encontró al chico de ojos verdes sentado en el escarpado de las cancha trasera. Pero, ¿Quién era él? ¿Por qué nunca antes lo había visto? Enseguida y sin perder tiempo se le acercó.
- Hola, ¿Quién eres? - preguntó Alejandro sentándose a un lado del joven
- Me llamo Diego - respondió un poco tímido
- ¿De qué escuela vienes? - volvió a preguntar
- ¿Juegas fut? - preguntó divagante
- No soy muy bueno, por lo que acabo de ver tu sí lo eres...
- Pues sí, así es - respondió y se levantó a seguir jugando, ignorando la conversación
Diego no era de conversar, más bien era activo, demasiado... no solía detenerse un tiempo a lo intelectual, pues era demasiado "inquieto", podría decirse. Alejandro llegó a convertirse en el mejor amigo de Diego, pero después de que este empezó una relación con Fina, la amistad terminó.
Diego y Alejandro eran tan apegados, que incluso Diego en ocasiones le llevaba la mochila cargando hasta su casa; por supuesto Diego no sabía las ilusiones que esto causaba a su entonces "mejor amigo", ahora ya no es así... y Alex a perdido las esperanzas de llegar a tener una relación con él.
El unico chico que permaneció completamente junto a él, como un buen amigo... es Javier Robles
